La piel del rostro es una de las más delicadas de nuestro cuerpo. Suele estar expuesta a factores externos que pueden debilitarla e irritarla como el sol, el frío, la contaminación o el viento. Aunque algunas personas notan esta sensibilidad más que otras, sobre todo aquellas con la piel seca, si en algún momento experimentaste rojeces, erupciones o irritación, debes saber que es un aviso que te está enviando tu piel.
Experimentemos o no estos signos, debemos procurar prestarle más atención y darle unos cuidados específicos que nos ayudarán a mantener la piel del rostro sana, hidratada y bien nutrida. Para ello, hacemos un repaso a los 10 problemas de piel más comunes en el rostro y te damos algunas pautas de cómo podés comenzar a tratarlos. ¡Tomá nota!
- Lunares: todos tenemos lunares en alguna parte del cuerpo. Estos pequeños crecimientos cutáneos aparecen de manera natural y no suelen ser peligrosos, aunque es recomendable vigilarlos periódicamente para observar si cambiaron de forma, tamaño, color o textura. Para prevenir el desarrollo de más lunares en tu rostro, te recomendamos usar protector solar diariamente, aunque el día esté nublado o no veas un rayo de sol. Usar esta protección de manera habitual es fundamental para prevenir daños solares en la piel.
- Rosácea: se trata de una inflamación de la piel que se manifiesta como un enrojecimiento e irritación y que puede provocar una sensación de tirantez o quemazón. Suele aparecer en personas con un tono de piel más claro y después de algún cambio específico, como estrés, condiciones climáticas, mala alimentación, etc. Para controlar posibles brotes y aliviarlos, existen tratamientos médicos específicos para rosáceas. También podés adquirir hábitos sanos para tu piel sensible, como usar limpiadores faciales suaves y cremas hidratantes que alivien la irritación, procurar aplicar siempre protección solar y evitar el agua muy caliente.
- Acné: el acné es uno de los problemas cutáneos más conocidos. Se suele desarrollar en pieles con exceso de grasa o con suciedad, lo que origina poros obstruidos, puntos negros o espinillas. Durante la adolescencia surge por los cambios hormonales y un exceso de actividad de las glándulas sebáceas.
Si sueles cuidar tu piel, pero de vez en cuando te sorprende la aparición de granitos, ten en cuenta que puede deberse a una mala alimentación, cambios hormonales o aumento de estrés. Controlá las épocas en las que más notes su aparición para determinar si puede deberse a alguno de estos factores.
Para mantener a raya el acné, aconsejamos una buena limpieza facial diaria y el uso de cremas aptas para nuestro tipo de piel. Cuando el acné es más agresivo, existen también tratamientos con retinoides y antibióticos, pero siempre recomendamos consultar con un experto. Un último consejo: evitá explotar los granitos, ya que irritarás la piel, se infectará y posiblemente queden marcas difíciles de eliminar.

- Manchas: las manchas pueden originarse por diversos factores. El más común se relaciona con daños causados por el sol. Por ese motivo, siempre será importante utilizar protección solar diaria en rostro y cuello, fundamentalmente (además de en piernas o brazos).
También puede producirse debido al envejecimiento y la edad. Actualmente, existen diversos tratamientos que ayudan a prevenirlas y reducirlas. No obstante, siempre que observes una nueva mancha en tu piel, acudí al dermatólogo para confirmar que se trata de una mancha benigna y que no tenés de qué preocuparte.
- Poros abiertos: los poros permiten la transpiración, la eliminación de toxinas y la liberación de grasa de nuestra piel. No es extraño que, en ocasiones, puedan verse más grandes y abiertos cuando están sucios. Además de un problema estético, puede originar problemas cutáneos. Muchas veces son causados por motivos hereditarios, empeorados por el exceso de grasa y de células retenidas que no se pudieron eliminar correctamente. Por ello, es fundamental la buena limpieza del rostro y una exfoliación a la semana (según tu tipo de piel). La exfoliación favorecerá la renovación cutánea y la limpieza del poro. A esta también podés añadir el uso de mascarillas faciales.
- Piel seca: la piel seca a veces se puede sentir muy tirante. La causa principal de la piel seca es la falta de humedad e hidratación. Puede ser que no estemos utilizando una crema adecuada que hidrate y nutra nuestro tipo de piel, pero también existen otros factores, como el sol, el cloro o el uso de jabones fuertes que pueden resecar la piel. Esto puede hacer que, sobre todo en las épocas de mayor calor, nuestra piel se sienta más seca si no la cuidamos adecuadamente.
- Piel grasa: quien tiene la piel grasa seguramente notará un exceso de brillos en su rostro. Además de un motivo hereditario, puede originarse también por estrés o piel con tendencia acneica. Para combatirlo, podemos seguir una rutina de limpieza diaria (por las mañanas y por las noches), exfoliar el rostro y aplicar una mascarilla una vez a la semana.
En caso de pieles mixtas, lo mejor es consultar con un profesional el tipo de tratamiento, cremas y aplicación, ya que se aconseja aplicar las mascarillas únicamente en las zonas más grasas, como la zona T (frente, nariz y barbilla).
- Bolsas y ojeras: este tipo de imperfecciones aparecen fundamentalmente por la falta de sueño, problemas de pigmentación en la zona o por causas genéticas. ¿La solución? Si se trata de falta de sueño lo más recomendable es dormir e intentar mantener las horas de sueño diarias entre 7 u 8 horas. Existen también cremas y contornos de ojos que nos ayudarán a hidratar nuestra piel. Debemos evitar tratar o tocar la zona de manera demasiado brusca y, aplicar las cremas siempre con suaves toques del dedo anular, ya que se trata de una zona muy sensible y con la piel muy fina.

- Verrugas: las verrugas suelen producirse por la infección de la piel a causa de la presencia de varios tipos de virus del papiloma humano. Estas verrugas se transmiten con el contacto de la piel, aunque se necesita tener una predisposición para infectarse. Muchas veces desaparecen solas pero, en general, es recomendable tratarlas para evitar la aparición de nuevas lesiones de este tipo en la piel. Existen productos específicos que pueden ayudar a eliminarlas y tratamientos que favorecen su desaparición, pero deben realizarse con la ayuda de un especialista o dermatólogo. Una vez eliminadas, debés cuidar la marca con cremas cicatrizantes o productos con rosa mosqueta.
- Eczemas: son inflamaciones de la piel que pueden deberse a factores genéticos o alteraciones del sistema inmune, como respuestas alérgicas, cambios de humedad, de temperatura y estrés. Lo más importante es tener cuidado de no rascarnos, ya que pueden aparecer costras, sequedad en la piel y descamación. Evitá lo más que puedas el uso de perfumes o fragancias en la piel. Asimismo, existen cremas específicas y lociones que pueden ayudarnos a aliviar el picor y mejorar la inflamación. En casos más graves, los médicos pueden recetar medicamentos.
Tené en cuenta que estas soluciones dependerán de tu tipo de piel y que no todas son iguales. Es muy importante prestar atención a nuestra piel, ya que nos puede avisar de que algo va mal, y acudir a un experto que nos ayude. Para ello, podés consultar con un dermatólogo o con un profesional especializado en estética facial que revise los síntomas y te aconseje el mejor tratamiento y rutina para tu piel. En timbrit podés encontrar profesionales de belleza que te ayudarán, solo tienes que hacer una solicitud detallando la información necesaria y en unos minutos podrás hablar con ellos por chat.
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