¿Alguna vez hiciste ejercicio y al día siguiente sentiste dolores en los músculos? Es una señal inequívoca de que sufres las temidas agujetas que, normalmente, aparecen después de una sesión intensa de ejercicio.
Pero, ¿qué son las agujetas y por qué aparecen? Las agujetas son roturas de las microfibras musculares que surgen al someter nuestros músculos a ejercicios intensos o que requieren mayor exigencia de la habitual. Estas suelen aparecer entre 24 y 48 horas después de realizar ejercicio y pueden durar hasta varios días. Si estás empezando a hacer deporte, es muy posible que experimentes este dolor. ¡No te preocupes! Recordá que hacer deporte es uno de los factores esenciales para mantener una buena salud. Por eso, y para hacerlo más llevadero, preparamos algunos consejos sobre cómo prevenir y terminar con las agujetas si ya hicieron acto de presencia. ¡En marcha!
Empezá poco a poco
¿Llevás tiempo sin hacer ejercicio? ¡No quieras hacer todo el primer día! Tanto si salís a correr como si vas a montar en bicicleta, realizás ejercicios con pesas o musculación, lo mejor es que comencés de manera progresiva. Así conseguirás que tu cuerpo y tus músculos se acostumbren al esfuerzo y les ayudarás a aumentar su resistencia poco a poco. A medida que practiqués, podrás ir de menos a más.
No olvidés calentar y estirar antes y después
Es importante que antes de realizar esfuerzos, comencés a preparar y calentar tus músculos. Antes de empezar, realizá al menos 5 ó 10 minutos de calentamiento, mové tus músculos y articulaciones para que se vayan activando e ir aumentando progresivamente la intensidad. Esto te preparará para comenzar en condiciones óptimas el ejercicio que vas a realizar, tanto para tus músculos como para tus ligamentos y tejidos.
Igualmente, los estiramientos antes y después (incluso entre cada ejercicio) también son muy recomendables. Estirar te ayudará a reducir la intensidad que alcanzaron tus músculos y articulaciones, favorecerá que vuelvan a su estado natural y evitarás posibles lesiones. Recordá siempre: una sesión de ejercicio no termina hasta que no hayas estirado.

Mantené una buena hidratación
Cuando entrenás, perdés líquidos que luego debés recuperar para evitar la deshidratación, por lo que deberías beber mucha agua durante y después del ejercicio. Como sabés, no hay nada más natural y sano que el agua, pero también podés incluir otro tipo de bebidas como zumos naturales. Esta hidratación te ayudará a evitar lesiones y calambres ocasionados por el esfuerzo.
¿Un truco? Para diferenciar las agujetas de una posible lesión, tené en cuenta que notarás las molestias de las agujetas incluso estando en reposo. Sin embargo, una lesión dolerá cuando hacés algún esfuerzo con la zona dañada.
Atención a tu alimentación
El deporte acompañado de una alimentación sana y equilibrada multiplica los buenos resultados. Después de los entrenamientos podés optar por alimentos ricos en hidratos de carbono para ayudar a recuperar tus músculos. No olvidés también que las legumbres, el pollo y la carne, el pescado y las frutas y verduras te aportarán nutrientes en tu día a día que te ayudarán a sentirte mejor por dentro y por fuera. ¡La clave es comer sano y variado!
Igualmente hay alimentos que, por sus características naturales, tienen beneficios antiinflamatorios que podrían ayudarte a sentir menos el efecto de las agujetas. Por ejemplo, la cúrcuma, el gingseng o alimentos ricos en omega 3 como el salmón o las nueces también son muy recomendables.

Masajes y pomadas
Si las agujetas ya aparecieron, también es posible aliviarlas en cierta medida con masajes musculares. Estos deben ser suaves para que estimulen la circulación sanguínea y la recuperación del músculo. Asimismo, podés aprovechar para aplicar alguna pomada antiinflamatoria que te ayude a aliviar las molestias.
¿Mito o verdad?
Aunque todos las experimentamos alguna vez en nuestra vida, las agujetas siguen siendo un misterio. Por eso, existen algunos mitos que aseguran ser remedios infalibles para eliminar o reducir las agujetas. Quizá uno de los más conocidos sea ese que asegura que beber un vaso de agua con azúcar ayuda a prevenir las agujetas. ¿Es cierto? Realmente no lo es, ya que no existen evidencias científicas que lo confirmen.
Por otro lado, quizá oíste eso de que las agujetas se eliminan haciendo más ejercicio. Esto, hasta cierto punto, puede ayudar. Al ejercitar el músculo afectado, aumentamos el riego sanguíneo en la zona y puede ayudarnos a reducir el dolor en cierta medida (lo que se conoce como “recuperación activa”). No obstante, te aconsejamos no abusar de esta idea, ya que también es recomendable dejar descansar el músculo.
Por último, recordá que tener agujetas no es sinónimo de haber entrenado bien. Muchas personas creen que, si después de hacer deporte no tienen agujetas, no hicieron el ejercicio suficiente. Esto es totalmente falso, recordá que las agujetas se producen por microrroturas de las fibras musculares debido a la falta de costumbre. Si realizaste tu entrenamiento correctamente pero no tienes agujetas, ¡disfrutalo! Es muy posible que tus músculos ya se estén habituando a la actividad física.
Descansá bien
Descansar y reposar los músculos también ayuda a eliminar las agujetas. Por eso, es importante evitar forzarlos de más. Además, un buen descanso te ayudará a recuperarte para afrontar el siguiente día lleno de energía.
¡No te rindas!
Cuando aparecen las agujetas, es posible que pierdas todas las ganas de volver a entrenar. ¿Quién quiere volver a pasar por eso? Sin embargo, continuar haciendo ejercicio y seguir una buena rutina de entrenamiento te ayudará a reforzar tus músculos y articulaciones. Para evitar que no vuelvan a aparecer es necesario seguir entrenando, en mayor, igual o menor intensidad. Además, ¡mejorarás poco a poco tu salud!

¿Apuntaste estos consejos? ¡Es hora de ponerlos en práctica para tu próxima sesión de ejercicio! Seguro que conseguirás evitar las agujetas o, al menos, reducir su intensidad después de tus entrenamientos. Por último, recordá que hacer bien los ejercicios no solo te ayudará a evitar las agujetas, sino posibles lesiones originadas por una mala postura o práctica. Para conseguir siempre los mejores resultados, podés encontrar entrenadores personales en Buenos Aires, que crearán un plan y una rutina de ejercicio personalizado para vos, seguirán tu evolución y te ayudarán a alcanzar tu objetivo.
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