¿Estás pensando en practicar pilates en casa? ¡Es una fantástica idea! El pilates es una de las formas más fáciles de hacer ejercicio en casa, aportando multitud de beneficios a tu cuerpo y tu mente. Por ejemplo, mejorarás tu postura corporal y tu flexibilidad, oxigenarás tu organismo, combatirás el estrés y trabajarás tu control mental, entre otros.
Podemos practicarlo con máquinas, pero también utilizando solo nuestro cuerpo. Esto es porque se trata de una disciplina que se vale de nuestro peso corporal y no requiere contar con elementos o herramientas extra. Acá recopilamos unos tips para que tu sesión de pilates sea un éxito, ¡tomá nota!
Comenzá por lo básico, sin importar cuál sea tu nivel
Cuando llevamos mucho tiempo haciendo actividad física tendemos a sobreestimar nuestro nivel y tratamos de hacer ejercicios muy avanzados. Los movimientos básicos son la fundación del pilates; por eso, si no lográs manejarlos correctamente, tu sesión terminará siendo una suma torpe de ejercicios que no difiere mucho una sesión de gimnasia cualquiera. Aún cuando sentís que estás listo para subir de nivel, es importante que al menos una vez por semana hagas un repaso de los ejercicios básicos. Esto te permitirá estar en contacto con tu cuerpo y construir una base sólida para aventurarte en un repertorio más avanzado.
Explorá los principios del pilates
Los beneficios del pilates se consiguen con una constante práctica de sus principios: concentración, precisión, respiración, fluidez. Es fácil que estos principios se pierdan de vista cuando estás en practicando pilates en casa y estás concentrado en completar tu sesión. Tomate el tiempo de explorarlos y entender de qué se tratan.
Podés elegir uno de ellos y hacerlo el foco de tu sesión. Para ello, construí una rutina que se centre en las transiciones entre ejercicios para conseguir una fluidez correcta. Cambiá también tus patrones de respiración para hacer que tus ejercicios sean más desafiantes y hacé más lentas tu rutinas para focalizarte en la precisión y el control.
Hacé que el pilates sea parte de tu día
Usá las técnicas que practicas en tus rutinas para tareas de la vida diaria. Por ejemplo, pon en práctica las técnicas de respiración para liberar el estrés y la tensión de tu día a día. Igualmente, cuando hagas tus actividades habituales usa el control mental y muscular que aprendes en pilates.
Minimizá las distracciones
Punto número uno: determiná un tiempo realista para practicar tus rutinas. No digas “voy a hacer una sesión de una hora y media” cuando sabés que no dispones de ese tiempo para dedicarte al 100%. El tiempo que decidas utilizar para tu sesión tenés que enfocarlo exclusivamente en pilates. Desactivá las notificaciones del celular, si tenés niños buscá a alguien que pueda cuidarlos durante el tiempo que dure tu rutina y tratá de no pensar en el trabajo o la casa mientras haces tus ejercicios.
Hacé pausas en tu rutina para dominar movimientos nuevos o complejos
Lo bueno de hacer pilates en casa es que podés ir a tu propio ritmo. Aún si estás siguiendo una clase en línea, podés tranquilamente poner pausa o repetir cuantas veces necesites alguna parte complicada que no te esté saliendo bien. Así entenderás en detalle las indicaciones del instructor. Aprovechá esta ventaja y ahondá en el método en vez de hacer ejercicios solo porque sí.
Ponete en sintonía y disfrutalo
Lo más importante de una sesión de pilates es que la pases bien y te diviertas. Es una práctica que realmente podés disfrutar porque potencia el poder de tu cuerpo y tu mente. Asegurate de que tu rutina sea un momento de diversión en tu día. Primero de todo, ponete tu outfit deportivo favorito, el que entrenes en casa no significa que tenés que usar una remera agrandada y una calza vieja. Después, dale play a alguna playlist que te guste y te ayude a mantenerte enfocado. Por último, hacé lo que sea que ayude a que te pongas en “modo pilates”… ¡y dalo todo!
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